El Partido Laborista del Reino Unido está dispuesto a modificar ciertos aspectos de su "Ley de Seguridad en Línea", lo que aumenta la probabilidad de que sus leyes de censura en las redes sociales se flexibilicen para reducir la polémica sobre la libertad de expresión en el país y facilitar una buena relación comercial con la administración de Donald Trump.
La autoritaria legislación británica, que otorga enormes poderes al Estado para regular el contenido en línea, fue objeto de críticas durante mucho tiempo por su alcance excesivo, especialmente en lo que respecta a sus medidas dirigidas a los "discursos de odio", la excusa que ponene los gobiernos de izquierda para censurar a las personas.
Esta ley permite imponer grandes multas económicas a las empresas tecnológicas que no eliminen el contenido considerado "peligroso" por el gobierno, incluso si no es ilegal, lo que contrasta fuertemente con el enfoque de Estados Unidos, donde las protecciones a la libertad de expresión son mucho más amplias.
Keir Starmer, primer ministro británico. | La Derecha Diario
Los críticos, incluida la Free Speech Union (FSU), sostienen que estas disposiciones presionarán a las redes sociales para que adopten una política del tipo "si hay dudas, eliminen el contenido", censurando de manera preventiva los contenidos legales para evitar sanciones económicas.
La Electronic Frontier Foundation (EFF) también alertó sobre el riesgo de que la ley genere un "modelo de represión", alentando a las plataformas a recurrir a la censura en lugar de enfrentar posibles acciones coercitivas.
La batalla por la libertad
En este contexto, los funcionarios estadounidenses de la administración de Donald Trump ven la Ley de Seguridad en Línea del Reino Unido como un peligro que atenta contra las normas tradicionales de la libertad de expresión.
Según fuentes cercanas al gobierno republicano, la ley es percibida en Washington como "orwelliana" y podría convertirse en un tema fundamental en las negociaciones comerciales entre el Reino Unido y Estados Unidos.
"Para muchos de los que están en el poder en este momento, el Reino Unido se ha transformado en un lugar distópico y orwelliano donde las personas deben guardar silencio sobre asuntos que no están de moda", comentó un alto funcionario.
Se cree que Elon Musk, uno de los asesores más cercanos del presidente Trump y un crítico abierto de la ley, está presionando a la administración para que exija modificaciones.
El exitoso empresario utilizó su cuenta en la red social X para advertir sobre el incremento de la censura en el Reino Unido, calificando al gobierno británico de ser una amenaza directa a la libertad de expresión.
Musk también mantuvo enfrentamientos con los tribunales y el Parlamento británico por las restricciones a la libertad de expresión, y más recientemente pidió la liberación de Tommy Robinson, un periodista británico encarcelado por publicar un documental en X sobre las bandas de violadores musulmanes que operan en el país.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos. | La Derecha Diario
Las leyes británicas sobre libertad de expresión son mucho más estrictas que las de Estados Unidos, y algunas fuentes indican que los funcionarios estadounidenses consideran que la Ley de Seguridad en Línea representa un "obstáculo" para un acuerdo comercial con el Reino Unido.
Andrew Hale, analista de política comercial de la Heritage Foundation, comentó: "En cada reunión que tengo para discutir política comercial con personas de la administración o del Congreso, siempre mencionan este tema. Dicen: 'Esto es un gran obstáculo'".
La presión para aumentar la regulación de las redes sociales es una política central del Partido Laborista, y el primer ministro británico, Keir Starmer, recibió críticas de los defensores de la libertad de expresión en Estados Unidos por amenazar con tomar medidas severas contra los "discursos de odio".
Sin embargo, ante la posibilidad de la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, el gobierno británico está cada vez más preocupado por las repercusiones económicas de la ley.
El presidente Trump ya suspendió los aranceles a México y Canadá tras unas negociaciones, y se informa que Starmer espera que negociaciones similares sobre las leyes de censura en las redes sociales puedan evitar que el Reino Unido se convierta en el próximo objetivo comercial de Washington.
A pesar de la creciente presión de Washington, cualquier intento de suavizar la ley probablemente encontraría una feroz resistencia por parte de los parlamentarios laboristas, quienes apoyaron la autoritaria ley cuando estaban en la oposición y fueron presionados por grupos de interés y activistas de izquierda que exigen una censura mucho mayor contra los ciudadanos.
Fuente: Derecha Diario