El actual presidente ecuatoriano Daniel Noboa y la correísta Luisa González finalmente competirán en una segunda vuelta que se desarrollará el 13 de abril, tras no haber conseguido este domingo los votos necesarios para evitar el balotaje.
Al corte que se hizo a las 6.25 de este lunes y con el 91.11% de los votos escrutados, Noboa cosechaba el 44,31% de los sufragios, mientras que González obtenía el 43,83%. Dichos porcentajes los dejan por debajo del 50% más uno que tenían que conseguir para imponerse sin llegar a la segunda vuelta.
Noboa no consiguió afianzarse en el primer lugar de la elección, mientras que González logró un empate con sabor a victoria y le agradeció a sus seguidores desde la sede de su partido en Quito, además de hacer un llamado a las representaciones de izquierda para unirse a su causa durante la segunda vuelta electoral.
Ambos competidores del balotaje deberán redefinir estrategias para atraer los votos de otros candidatos de esta primera vuelta como Andrea González Náder (Sociedad Patriótica) y Leonidas Iza (Pachakutik), con el objetivo de inclinar la balanza a su favor.
«Hemos roto la votación histórica de la Revolución Ciudadana en los últimos diez años. Gracias a los ecuatorianos, a mi pueblo, a mi patria. Porque este triunfo es de ustedes. Daniel Noboa representa el miedo, y nosotros representamos la esperanza», dijo la candidata presidencial.
Horas antes a la publicación de resultados, el ánimo en el búnker de Noboa era latente, pero las reacciones empezaron a cambiar en el transcurso de la noche y, si bien estaba previsto que el presidente saliera a hablar ante el público ecuatoriano, finalmente no lo hizo.
En Ecuador aseguran que estaría complicada la reelección de Noboa debido a que mantiene un enfrentamiento con su vicepresidenta, Verónica Abad, ya que, semanas después de la llegada de Noboa al poder, explotó una lucha de poder interna en la fórmula presidencial, que desembocó en la designación de Abad como embajadora ecuatoriana en Israel, movida que fue calificada por la funcionaria como «exilio forzado».
La disputa entre Noboa y Abad llegó a la más alta tensión tras el anuncio del mandatario sobre sus aspiraciones a la reelección en 2025, ya que la legislación ecuatoriana exige que, si un jefe de Estado desea optar por la reelección, este tiene que pedir una licencia durante la campaña electoral y ceder la Presidencia a su vice. Aunque la ley exigía a Noboa dejar a Abad a cargo del Palacio de Carandolet, el presidente hizo caso omiso.
Fuente: Conclusión