No hay recuperación en V ni repunte a la vista para el consumo. Los indicadores que el Gobierno Nacional celebra como islas en el mar recesivo de la economía actual no terminan de reflejarse en los bolsillos de la población. Los ingresos no llegan a alcanzar el ritmo de los aumentos de precios que se padecen semanalmente, a pesar de que el índice de inflación marque una desaceleración en algunos meses. Así se ve en el nivel de ventas de los comercios de cercanía, que nuevamente volvieron a registrar un derrumbe en la comparación interanual. Ni las fiestas de fin de año alcanzaron a morigerar la caída.
Juan Milito, titular de la Unión Centro de Almaceneros de Rosario, detalló en diálogo con Conclusión que los comercios de cercanía sufrieron una baja de 20% en el último mes de 2024, con el agravante de que suele ser una fecha que históricamente siempre se ubicó como la mejor del año.
«El 24 se vendió, no mucho pero algo, pero después del 25 entramos en modo enero y ya el 31 de diciembre fue muy floja la venta. Si recorren cualquier tipo de comercios, del más chico al más grande, van a ver que tienen pan dulce y budín por todos lados, que no lo lograron vender», explicó Milito este martes.
El referente sectorial señaló que el primer mes del año tampoco arroja condiciones para esperar un rebote porque Rosario no aparece en el radar como uno de los destinos de mayor atracción turística en la temporada estival. A eso se le suma que no están las escuelas abiertas y que los judiciales están en feria.
«Todo forma parte de un proceso que venimos marcando. Las ventas se derrumbaron en el orden del 20% y los productos que se venden normalmente por la temporada estival, como las cervezas, gaseosas o fiambres, se dejaron de comercializar de la manera que se venía haciendo, que es nuestro fuerte en este momento», planteó.
Milito contó que los comercios de cercanía ven de primera mano el deterioro del poder adquisitivo de los vecinos, que a partir del día 20 del mes dejan de concurrir al mismo ritmo porque sus bolsillos están exhaustos.
De la misma forma, dijo, cada vez más se escucha cómo se hacen cuentas al llegar a la caja para ver qué se puede dejar en el mostrador para alcanzar a realizar la compra. «Los clientes la están pasando verdaderamente mal», lamentó el titular de la Unión de Almaceneros.
Fuente: Conclusión